1. Ahorro en energía: utilizan la energía del sol, lo que reduce la dependencia de fuentes de energía no renovables y puede bajar significativamente las facturas de electricidad o gas.

4. Independencia energética: permiten una mayor autonomía energética al aprovechar una fuente de energía abundante y gratuita.

2. Ecológicos: reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto ambiental, promoviendo una forma de energía limpia y renovable.

3. Costos de mantenimiento bajos: una vez instalados, los costos de mantenimiento son generalmente bajos en comparación con los sistemas de calefacción tradicionales.

5. Valor añadido a la propiedad: pueden aumentar el valor de la vivienda al incluir tecnologías sostenibles y eficientes.